sábado, 6 de junio de 2020

A ONÁN LO QUE ES DE ONÁN


¿Quién no buscó placer en carne propia
si no lo halló en ajena?
¿quién puede, a boca llena,
jurar que en tiempos de hambre
no echó sus credenciales a la inopia,
manola tras manola,
con tal de ir toreando la pesambre
de no rascar ni bola…?

¿Quién no sacó partido a su derecho
sexual de autonomía,
tres veces cada día
zumbando hasta el desmayo?
¿Y quién, por no explotar, mirando al techo
-palpándose a escondidas-,
no echó en el wc, de junio a mayo,
sus ansias contenidas…?

¿Quién no encontró en los fondos de sí mismo
-zurrando la badana-,
la senda hacia el Nirvana
y el álgebra del goce?
¿Quién puede renegar del onanismo
sin ser un mentiroso?
¿No dicen que el cariño lo hace el roce?
pues ahí lo dejo, hermoso…

¿Quién no se despertó cien mil mañanas
mojado y con lo puesto,
con ello todo enhiesto
sin nadie que lo viera?
¿Quién, preso de sus furias más marranas,
no hurgose hasta el delirio
a falta de alguien cerca que prendiera
la llama de su cirio…?

¿Y quién, cuando el futuro a pescozones,
cambió por colgadura
lo que antes fue piel dura,
no puso el alma en venta
a cambio de unas cuantas erecciones
con que ir sobreviviendo
y darle algún motivo a la parienta
de no salir corriendo…?

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